Se trata de un diseño muy funcional que permite aprovechar los espacios disponibles al máximo. Con esta distribución se obtiene un triángulo de trabajo en su máxima perfección, logrando simetría entre los tres puntos clave de la cocina. Así, la distancia que se mantiene entre el lavaplatos, la cubierta y la nevera es bastante equidistante, y permite desplazamientos cortos entre ellas para facilitar el intercambio entre las labores.